Dejemos atrás la creencia de que queda reservado solo para celebraciones
El vino rosado espumoso se puede acompañar de cualquier comida o cena al igual que un vino tinto, solo hay que saber cuál es su mejor maridaje. Dejemos atrás la creencia de que el consumo del vino espumoso queda reservado solo para celebraciones y ocasiones especiales. ¡Conozcamos las claves para acompañar con éxito tus platos con un vino rosado!
Su consumo diario es cada vez más frecuente y en las mesas es todo un éxito, el vino rosado espumoso puede maridar con casi cualquier tipo de alimento debido a su ligereza. Es además un gran compañero, pues una de sus mayores virtudes o características es la versatilidad que entrega en todo momento.
Los vinos rosados espumosos no solo son requeridos para el aperitivo, momento para el que es una bebida perfecta por su frescor y ligereza, sino también durante toda la comida. Tienen un equilibrio idóneo de sequedad y burbujas que enriquecen cualquier tipo de experiencia gastronómica.
La suavidad del vino rosé depende en gran medida de la alternativa que escojamos. Sin embargo, suele maridar con una amplia carta de platos, que oscilan desde comidas más fuertes o grasas como carnes, por su efecto carbónico que estimula los sabores sin aportar gas; hasta platos más ligeros como pescados a la plancha o ensaladas.
El proceso de los vinos espumosos hacen que tengan burbujas pequeñas, uniformes y suaves que entregan cremosidad a la boca y liberan las papilas gustativas favoreciendo el sabor de los platos más densos.
A modo de ejemplo, las salsas de mariscos acompañan mejor con una opción más ligera y seca, lo mismo sucede con las ensaladas y los platos picantes. En el caso de ser una salsa con toques dulzones (porque contenga cebolla caramelizada o tomate dulce) puedes seleccionar una opción más afrutada.
Por ejemplo, si vas a preparar unas costillas asadas, puedes elegir un rosado afrutado, mejor aún si le agregas a la receta una salsa a base de miel.
Si eres fanático del sushi, entonces elige un vino rosado, no te arrepentirás. Si son piezas frías, obtendrás un frescor similar al que ocurre con las ensaladas. Si son piezas calientes, hacen juego con un rosado por el contraste que se produce.
Si eres de los que prefiere esta opción, te recomendamos tener cuidado con los aliños a base de limón o vinagre de vino, porque pueden amargar el plato. Prefiere las salsas como la de yogurt o la césar con aceite de oliva.
Si te han quedado algunas dudas sobre el vino rosado espumoso, hemos recopilado información útil y confiable para ti. Queremos que sepas lo necesario sobre vinos para que disfrutes de ellos en cualquier momento.
El vino rosado es una bebida suave en su mayoría, de consumo fresco y sin excesivo cuerpo, se caracteriza por brindar una amplia gama de aromas con predominancia de los frutales y las notas florales. Algunas de sus variedades son Cabernet Franc, Pinot Noir y Syrah, entre otros.
El vino rosado se sirve en una copa con forma de flauta, que es larga y estrecha para retener la carbonatación y capturar el sabor de la bebida.
El vino rosado se hace con uvas rojas, de esta manera sus pigmentos le dan el color al vino. El jugo de la uva recién prensado es transparente, pero a medida que se macera con sus pieles va adquiriendo color.
El vino rosado está hecho de uvas rojas que se dejan en contacto con sus pieles en el proceso de Maceración. Cuando el vino adquiere el color que se necesita, sus pieles se descartan y éste termina su fermentación de la misma manera que un vino blanco.
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